Muchas de las malposiciones dentales que presentan los pacientes están causados por alteraciones en la respiración (vease respiración oral), en la masticación y/o deglución (forma de tragar).
Así mismo, algunos hábitos infantiles como chuparse el dedo, rechinar los dientes (bruxismo), morderse las uñas o pieles, morderse los labios, etc, pueden modificar la posición correcta del maxilar superior y mandíbula inferior desarrollándose de forma incorrecta.
Es importante tener en cuenta, que además de hacer las oportunas correcciones dentales con técnicas ortodóncicas varias, es necesario corregir estos hábitos y disfunciones, muchas veces al cambiar la forma la función mejora. En algunos casos en los que queremos que mejore la función antes o durante o después de tratamientos, podemos colaborar con un logopeda de confianza.
Para ello es preciso saber previamente prevenirlas, valorarlas y diagnosticarlas y corregir estas disfunciones y hábitos orofaciales que nos influyen e interfieren en la estructura de los dientes y la relación entre los maxilares.
Entre dichas disfunciones encontramos las provocadas por: