Electrosensibilidad

Electrosensibilidad

El cuerpo humano tiene una realidad electromagnética y es también un sistema abierto a la información vibratoria. Incluso en los años 90 se concedió un Premio Nobel al descubrimiento del potencial de acción de la membrana de la célula. Nuestro cuerpo funciona como un receptor de radio que puede “chisporrotear” cuando las ondas que reciben son incompatibles con su propio sistema oscilatorio. Estas ondas cuando se reciben durante años tanto en el interior de nuestro cuerpo como en nuestra boca, pueden tener un impacto negativo en nuestra salud.

El sistema tónico postural es un sistema oscilatorio, dinámico, la información electromagnética externa puede afectar a la postura cambiando la información vibratoria. Entre los síntomas destacan dolor de cuello, dolor en los músculos trapecio o dolor de espalda, en los ojos pueden haber alteraciones oculomotoras y también son frecuentes las sensaciones e inestabilidad y mareo.
El estado general se alterará con síntomas de fatiga crónica y falta de sueño. Muy a menudo, observamos la presencia de tinnitus (ruidos en los oídos), dolor retro ocular, dolores de cabeza.

Por supuesto, el impacto en la salud varía de acuerdo a la susceptibilidad individual, la fuerza de la incompatibilidad, y el tiempo a partir del cual se manifiesta. Es decir, un metal u otro material, no ocasionaran los mismos problemas en todas las personas. Puede suceder desde una molestia cervical sencilla durante la rotación de la cabeza en los casos más leves hasta una impresión paralizante con el dolor insoportable de tipo fibromialgia y contracturas violentos o deformantes.

Estas personas necesitan saber que ciertos materiales que llevan (dentaduras, amalgama, DIU, cremalleras, sintéticos, etc ..) son metálicos y pueden actuar como un amplificador pasivo a la información y a la red electromagnética ambiental (Wifi , telefonía, sistemas eléctricos,etc.). La eliminación a esta exposición, a menudo genera en segundos una mejoría. Cuando se recibe una información nociva, la musculatura se contrae, se tensa, creando un diferente potencial de acción entre el lado izquierdo y derecho de la parte del cuerpo. Estas tensiones se efectúan de un punto de vista anatómico al sistema tónico postural, que es el sistema que refleja el cambio de oscilación debido al eletromagnetismo.
Pischinger descubrió que existe intercomunicación entre las células de nuestro cuerpo a través de lo que denominó la sustancia o matrix intracelular o extracelular. De hecho, la vida no se limita a las reacciones químicas moleculares, sino también se descompone incluso en mecanismos más sutiles. Para la medicina cuántica, existe un diálogo entre las ondas electromagnéticas y nuestras células del cuerpo que se puede llamar cuántica de información, o de onda. Numerosos estudios de ciencia de la biofísica confirman que las reacciones químicas en la células dependen o al menos están influidas considerablemente por el cambio vibracional de las ondas.

La Organización Mundial de la Salud informó en 2005:
" Algunas personas sufrían de problemas de salud que se atribuyen a exposición a los campos electromagnéticos. Algunas personas tienen síntomas leves y mejoran evitando tanto como puedan estos campos, otros están tan afectados que hasta pueden dejar el trabajo y cambiar su estilo de vida completamente. Esta supuesta sensibilidad [campos electromagnéticos] por lo general se llama "hipersensibilidad electromagnética" o EHS. "
Los síntomas manifestados son diversos y pueden ser similares a los de otros trastornos o enfermedades (fatiga, cansancio, dificultades de concentración, mareos, náuseas, palpitaciones del corazón y trastornos digestivos). Estos pueden ser síntomas frecuentes en la población en general.
Varios autores han analizado los síntomas descritos en personas electrosensibles. En el estudio de Hillert et al. (2002), el síntoma más frecuentemente citado es la fatiga, seguido de problemas dermatológicos en la cara, sensación de pesadez en la cabeza, irritación de los ojos, nariz congestionada o bloqueada, dolores de cabeza, de dificultad para concentrarse, etc. Röösli et al. (2004) , por su parte, relaciona la electrosensibilidad con dificultad para dormir, dolor de cabeza, nerviosismo / ansiedad, fatiga, dificultad para concentrarse, mareos, dolor descendente en las extremidades y acúfenos o tinnitus.
En estudios, las probabilidad de las personas electrosensibles varían desde unos pocos individuos por millón al 8% de los encuestados.
La incidencia de la contaminación electromagnética endógena en el cuerpo humano es bastante frecuente. Por lo tanto, es necesario antes de la colocación de un material sobre o en el cuerpo humano, comprobar su compatibilidad con el sistema oscilatorio electromagnético del sujeto que se trate.

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